viernes, 14 de septiembre de 2012

EL ARTE EN LA PREHISTORIA


UNA REVISIÓN AL TEKNÉ DEL HOMO SAPIENS
El conocimiento del arte paleolítico se ha estudiado paralelamente con el de la formación y conocimiento de la ciencia prehistórica. Hasta mediados del siglo XIX, las noticias que existen anteriores a esta data, no fueron interpretadas como arte paleolítico y si atribuidas a los celtas, que eran considerados los habitantes más antiguos de Europa.

Los primeros estudios sobre arte parietal comienzan después de que Marcelino Sanz de Sautuola anunciara su descubrimiento en 1879, referente a las pinturas grabadas en la cueva de Altamira, situada en Santillana del Mar en Cantabria.
 
                                                Periodización del Arte Paleolítico
En http://es.wikipedia.org/wiki/Arte_paleol%C3%ADtico

A finales del siglo XIX, se dan a conocer varios descubrimientos de cuevas con grabados y pinturas en Francia, que pusieron las bases para una rectificación del caso Altamira. Los descubrimientos enunciados fueron entre otros. La Mouthe, les Combarelles, y Font de Gaume, en la Dordoña y Mausola en los Pirineos.
Hay numerosas cuevas en Francia y España que “guardan” obras de arte paleolítico. La importancia de los hallazgos es muy desigual. La mayor concentración de cavernas está en las regiones del Perigord-Dordoña y los Pirineos en Francia y en el País Vasco, Cantabria y Asturias en España. Además, hay otras con arte paleolítico dispersas en el valle del Ródano, Italia meridional, la Meseta castellana y Andalucía.

El reducido terreno franco-hispánico, ofrece, hasta el momento, las obras más extraordinarias, con una alta densidad de cuevas decoradas.

Fuera de la Península Ibérica y de Francia hay pocos lugares con arte rupestre paleolítico, por ejemplo, en Italia encontramos figuras en la cueva de Cavillon (Balzi Rossi, Ventimiglia); la cueva Romanelli (Apulia) con el grabado parietal de un toro; la cueva Paglici, con imágenes y manos rojas; la Romito (Cosenza) tiene un magnífico toro; y en Sicilia, están las cuevas de Addaduray Niscemi (monte Pellegrino), al igual que la del Levanzo (islas Egades).

 

                                        Distribución de yacimientos con Arte Paleolítico en Europa
                                     En http://es.wikipedia.org/wiki/Arte_paleol%C3%ADtico

El reducido terreno franco-hispánico, ofrece, hasta el momento, las obras más extraordinarias, con una alta densidad de cuevas decoradas.

Fuera de la Península Ibérica y de Francia hay pocos lugares con arte rupestre paleolítico, por ejemplo, en Italia encontramos figuras en la cueva de Cavillon (Balzi Rossi, Ventimiglia); la cueva Romanelli (Apulia) con el grabado parietal de un toro; la cueva Paglici, con imágenes y manos rojas; la Romito (Cosenza) tiene un magnífico toro; y en Sicilia, están las cuevas de Addaduray Niscemi (monte Pellegrino), al igual que la del Levanzo (islas Egades).

 Desde la Europa occidental hasta las llanuras siberianas se conocen, además, dos cuevas con arte parietal. La de Kavopa (Urales) contiene algunas representaciones de mamuts y caballos de color rojo. En Rumanía se descubrió la cueva Cuciulat (Solaj) con pinturas de color rojo, que incluyen un caballo y un felino pero cuya cronología no está exactamente determinada.

 QUÉ TRATA EL ARTE PREHISTÓRICO

Las representaciones artísticas parietales son diversas y se pueden clasificar en varios grupos: a) figuras zoomorfas, b) antropomorfas, c) las venus, d) las manos y por último e) los signos.

 Los animales

Representaciones zoomorfas. El mayor número de figuras corresponde a animales, que ha permitido tener un conocimiento completo de los distintos animales. El descubrimiento de Rouffinaac, con sus 150 mamuts, pintados o grabados, ha trastocado por completo la representación de este animal tan característico.  

Cueva de Rouffignac. Mamuts afrontados.20000 a.C.
                                    En http://www.artehistoria.jcyl.es/arte/obras/13187.htm

Anteriormente sólo conocíamos 140 figuras; ahora han pasado a 263. Rouffignac cuenta pues con el 46% de los mamuts conocidos (el 65% de ellos pertenecen a la escuela artística magdaleniense).

El animal más representado en las cuevas es el caballo, del que existen varios tipos de équidos representados. Después le sigue el bisonte del cual, en algunos lugares existieron grandes rebaños. Otro bóvido representado con gran frecuencia es el uro o toro salvaje, le sigue en orden decreciente la cabra montés, el ciervo, el rebeco y el reno.

 En las representaciones zoomorfas hay verdaderas obras de arte. Un ejemplo es la cueva de Lascaux, en Dordoña, que por su estilo representa el apogeo de la escuela Perigord. Está representado un toro negro que mide en total tres metros. Delante del hocico tiene un signo dentado y la silueta inconfundible de un caballo; el animal está de perfil, pero los cuernos aparecen de frente. Su expresionismo consigue una gran tensión. El caballo moteado en negro, que se halla en la cueva de Pech-Merle, mide 3,4 metros, muestra unas curiosas puntuaciones que cubren su cuerpo. En la cueva de Niaux (Ariége) existe un bisonte herido por flechas.

 Toro negro. Cueva de Lascaux                                                                                    Caballo moteado. Cueva Pech-Merle
http://www.elartetaurino.com/lascaux.html                                                                                       http://www.palaeogeek.net/category/art/parietal-art/

                


 
 
 
 
 
Es de destacar las maravillosas pinturas de los bisontes de la cueva de Altamira pintados en rojo y negro. El realismo que alcanzan al movimiento de los animales captados en el momento del salto; revolcándose en el polvo, de pie o simplemente recostados, es admirable.

El 80% de las representaciones paleolíticas corresponden a animales.


 
Los antropomorfos

Las representaciones humanas son aproximadamente el 7% del total.

En general se tratan de representaciones que cabría de calificar como caricaturescas en muchas ocasiones y con detalles animalescos que le dan un aspecto de híbridos. Las imágenes humanas contrastan con el realismo de las zoomorfas. La mayoría de las representaciones se presentan de forma descuidada.

Se encuentra el caso de la figura bien conocida del brujo o mago que ejecuta su danza milenaria en una sala profunda de la cueva pirenaica de Troi-Fréres.

Es de señalar la gran incógnita que representa la comparación de las pinturas zoomorfas tan cuidada y realista con respecto a las representaciones humanas que son de una lastimosa torpeza en la mayoría de los casos.



Las Venus

Al estudiar la figura humana en el arte paleolítico debemos hacer un apartado especial con las figuras denominadas “Venus”, que son la categoría principal de las representaciones antropológicas en el arte mueble.

En el arte mueble las representaciones femeninas también aparecen y su número, junto con el arte mueble, rebasa las ciento cincuenta unidades. Las representaciones parietales al aire libre Angles-sue-l'Anglin, La Magdalaine, Laussel constituyeron verdaderos “santuarios femeninos”. También es probable que tuvieran ese carácter los más antiguos testimonios de arte encontrados en Francia: las vulvas profundamente grabadas de la Ferrassie y de los abrigos Blanchard y Castanet  (hoy en los museos de Saint-Germain-en- Laye y de les Eyzies) correspondientes al período Auriñaciense.

La realidad es que el significado concreto de las Venus se nos escapa como tantas cosas en el arte paleolítico; ellas pudieron ser representaciones de la “gran madre” o de la “abuela” del grupo social, la protectora de los animales, la diosa fecundidad, e incluso, ideales de belleza.

 

Las manos

En las representaciones del arte parietal paleolítico hay que mencionar las manos. Se tratan de imágenes muy sugestivas que transmiten un mensaje aunque no somos capaces de comprenderlo.

Las representaciones pueden ser positivas o negativas (siluetas con un halo alrededor), siendo estas últimas más abundantes que las primeras. Es frecuente observar la impresión de manos que presentan mutilaciones.

En total se encuentra una veintena de manos. Un caso peculiar está representado por las manos mutiladas de las cuevas de Gargas y Maltravieso en Cáceres. En la cueva extremeña una treintena de manos pequeñas que presentan la misma mutilación del dedo meñique, lo que hace pensar en la posibilidad de que se trate de sucesivas representaciones de la misma mano o tiene algún significado psicosocial.

 Los signos

Existe gran cantidad de signos paleolíticos que abarcan una variedad de tipologías, que va desde los puntos y bastoncillos hasta las formas cuadrangulares o rectangulares, con complicadas divisiones internas (los llamados “tectiformes”, en los que se ve representación de rudimentarias construcciones, su inventario permite establecer casi un centenar de tipos o “situaciones”.

Los investigadores del arte paleolítico consideran que los signos tenían un carácter narrativo o pictográfico. En la actualidad se definen como “signos”, “símbolos” y  también “ideomorfos”. André Leroi-Gourhan los clasificó en “masculino” y “femenino”. Como en arte figurativo, tienen representaciones con señales mitográficos diferentes, que podríamos, analógicamente, relacionarlas a ritos o técnicas mágicas.

 
Paleolítico y espiritualidad

Es una tarea bastante ardua hallar la espiritualidad en la época paleolítica. El paleolítico se extiende desde 2.500.000 años atrás con el descubrimiento de los primeros instrumentos de piedra, hasta cerca de 12.000 años atrás, y es un enorme período temporal del cual tomaremos el lapso de tiempo que va de 300.000 años atrás hasta alrededor de 12.000 años atrás.

 La edad paleolítica

El ser humano de la edad paleolítica era un cazador y recolector y que durante su largo desarrollo, que duro millones de años, aprendió a conservar primero, a transportar después y finalmente a producir el fuego. Vivía en cavernas pero se han encontrado restos de un asentamiento en Lavaud, (Francia), fechada cerca de 1 millón de años atrás. No era por cierto un cazador desprevenido o “salvaje”, una prueba de ello es la elección de cazar animales en base a su edad y sexo. Los estudios modernos de arqueozoología han puesto luz efectivamente - a través del estudio sistemático de las ruinas y excavaciones efectuadas en lugares muy distintos, como por ejemplo, áreas de cocción, áreas de mataderos, fundamentos de los sitios arqueológicos, la ribera de los ríos, valles estrechos - una actitud selectiva de los cazadores, dirigido al mismo tiempo a mantener el stock de presas y asegurar que se renueven sus cuadrillas.

Aquello lleva a un aumento de la población y a una progresiva concentración en grandes lugares habitados colectivamente que llegaron a contener centenares de personas, como en los casos de los refugios de La Madeleine y Laugerie - Bass en Francia, o aglomerados formados por un conjunto de pequeñas cabañas semienterradas, como ocurrió en las colonias de cazadores de mamut, de la estepa rusa.

El manejo del fuego, el aprovisionamiento de pedernales de buena calidad y el reabastecimiento de carne para la población en un territorio relativamente modesto, la adquisición de conchas, de fósiles y de piedras raras o insólitas para la creación de ornamentos, indican un sistema generalizado de intercambio, un tejido de contactos y de transferencias a través de vías de comunicación conocidas y practicadas por distintos grupos humanos.

Se favorece así un proceso que conducirá luego a la domesticación de animales y vegetales en el Neolítico, con el consiguiente pase a un sedentarismo de las poblaciones. Son estos cazadores y recolectores del paleolítico los que dejaron testimonio de la más antigua actividad artística; el naturalismo.

Conocemos que el arte de los cazadores se desarrollo en un estadio de economía improductiva y parasitaria, recogían y capturaban su alimento y no lo producían; probablemente vivían en una forma social fluida, no articulada y en pequeñas hordas. Su arte es un naturalismo que muestra lo que los sentidos perciben.

El Homo Sapiens Sapiens hace su aparición aproximadamente 40.000 años atrás. Refugios o refugios bajo rocas: concavidad rocosa o área protegida de una pared natural y de una suerte de techo constituido por una saliente horizontal de la roca. Eran utilizadas como habitaciones, a menudo con la ayuda de estructuras hechas de pieles, ramas o cortezas.

Los primeros cultos

La palabra “culto” está asociada mecánicamente al significado actual:

1) “Veneración de la divinidad, devoción. 2) Práctica devocional, liturgia con la que se expresa en forma codificada el sentimiento de veneración, y en general, el propio credo religioso. 3) Profunda veneración por algo”.

Sin embargo, para el paleolítico entendemos por culto a la expresión en forma codificada de un sentimiento. Son ajenos al paleolítico, el credo religioso, los dioses, las diosas, potencias o espíritus y las consiguientes prácticas devocionales y la sacralidad que en ellos se expresa, pero eso no significa que no tuvieran una “espiritualidad” propia.

El credo religioso, los dioses, las diosas, las potencias y espíritus y las consiguientes prácticas devocionales y la sacralidad que a ellos está referida, aparecen en el neolítico al pasar las poblaciones de cazadores en una cierta medida nómades, a cultivadores y ganaderos sedentarios, pero esto no significa necesariamente el surgimiento de una espiritualidad.

Por más de dos millones de años los Homínidas clasificables como propios del género humano, han vivido sin manifestar una necesidad de creación artística, de producción de formas simbólicas.

De todas maneras, a partir de 300.000 años atrás aparecen sepulturas y rituales funerarios, indudablemente señales de reflexión sobre la vida y la muerte, de la elaboración de creencias sobre el destino que espera al ser humano después de la muerte. Esto es evidente en el cuidado que se pone para enterrar el cuerpo en una tumba, a veces en una gruta, y proveer al difunto de instrumentos, ornamentos y ofrendas de alimentos. El cráneo como sede de la potencia fue conservado para fines rituales, a veces para extraerle el cerebro y consumirlo para asimilar su cualidad vivificante. En la gruta de Ofnet en Alemania se ha encontrado una sepultura de 27 cráneos – dispuestos intencionalmente con orientación hacia la apertura de la gruta - pintados con ocre rojo, a los que se les había sacado las primeras dos vértebras cervicales; a los esqueletos se

les sacaba la médula ósea. Esta práctica de la sepultura de cráneos era común en todo el mundo y perdura por todo el paleolítico, un verdadero culto del cráneo.

Por consiguiente, la coloración en ocre rojo de cráneos y esqueletos tiene que ver con la importancia del fuego, y es de este último que toma el significado: Es algo que ayuda, que facilita el vivir cotidiano, que se conserva con mucho cuidado porque representa la vida. Finalmente la coloración, lo que se colora es el esqueleto, esto significa un procedimiento de inhumación primero y luego una fase de coloración - una vez que toda la sustancia orgánica corporal ha desaparecido -acompañada por un posicionamiento particular del esqueleto.

Es evidente que tantas fases de sepultura no tendrían sentido si no nos encontráramos frente un sentir, a un deseo de que no todo termina con la muerte.

A menudo los muertos estaban depositados ritualmente, adornados con conchas, en santuarios de cavernas, dispuestos en cierta posición con instrumentos de piedra en las manos, cerca se encontraban muy a menudo huesos de animales y restos de fiestas funerarias.

El cuidado puesto en la disposición de los cuerpos, la presencia de utensilios, de alimentos y de objetos no instrumentales como flores y cuernos de animales, además de discos esculpidos y estatuas de animales, en las varias fases de la sepultura, como
 
Gruta de Ofnet – Alemania – 27 cráneos pintados en ocre rojo – 20.000 años atrás

instrumentos en la mano, el tratamiento ritual del cráneo y la aplicación de agentes como el ocre rojo y las conchas, o el cuerpo depositado sobre un lecho de ocre rojo, parecía una tentativa de dar un aprovisionamiento adecuado para la continuidad de la vida después de la muerte, testimonio de un sentimiento, y la tumba o el santuario de la caverna parece una especie de umbral, de puerta de entrada, más que una prisión o tumba para que los muertos no escaparan para asustar a los vivos.

 MENSAJE DEL TEKNÉ PRESHISTÓRICO

Indudablemente, existen otras manifestaciones artísticas de los hombres del paleolítico, pero sólo conocemos lo que hasta el momento los especialistas han descubierto o hallado, o sea el grabado, la pintura o la escultura. Así tenemos que las modalidades de grabado son muy variadas y van desde la fina incisión al bajorrelieve, que está relacionado con la escultura de bulto.

La presentación natural que tienen las cuevas y el material soporte de sus paredes ha condicionado la realización de las obras. Estas están cubiertas por una fina capa de arcilla de descomposición de la caliza. Encontramos en ellas trazados digitales, que por lo general, no tienen carácter figurativo. Raspados, estriados, sombreados o simplemente líneas se utilizan para acentuar los volúmenes.

Sobre la paleta cromática, esta se limita a dos colores básicos: el negro  manganeso (también carbón) y el óxido de cobre o oxido de hierro, que va desde el marrón al anaranjado o el amarillo terroso, predominando el rojo. Ahí notamos que lo normal son las figuras de un solo color. Las bicromías son menos numerosas y las policromas son el resultado de  utilización de matices y espesores de los colorantes, combinados con estudiados raspados y finas líneas grabadas.

Lo convencional es abundante. Una de ellas, por ejemplo es la “M ventral” utilizada en el Magdaleniense para delimitar el pelaje del flanco de muchos animales. Pero hay convenciones de formas, espacio, encuadre, simetría y animación.

Algo en común en las obras prehistóricas, es que son anónimas, pero es evidente la influencia de un maestro, sobre todo en el arte de las grutas más importantes. Hay un “maestro de Rouffignac” que descuella en la ejecución del mamut, con un maravilloso sentido de la composición, y organización de los temas. Lo hay también en Lascaux, Niaux o en Altamira.

El arte prehistórico adquiere cierta “personalidad” y el expresionismo, tan diverso y sugerente en el tratamiento del ojo del mamut, como el caso de Rouffignac, denota un temperamento artístico excepcional.

En Niaux, los grandes cuadros de caballos, cabras monteses y bisontes de la “sala Negra”; son obras de un gran maestro. Él asume la responsabilidad del Santa Santorun de la gruta. En cambio, deja al cuidado de los artistas de su taller la realización de las figuras de animales de las salas o galerías secundarias.

 BIBLIOGRAFÍA

E.O. James, E.O. El templo, el espacio sagrado de la caverna a la catedral, Ed. Guadarrama, Madrid 1966.
Giedion, S. El presente eterno. Los comienzos del arte. Madrid. 1981.
Moure, A. El hombre paleolítico. Madrid. 1988.
Wassily Kandinsky Lo spirituale nellarte, SE edizioni, Milano 2005.

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